martes, 22 de mayo de 2012

Lautaro y la pólvora- Inicio-

Es el principio de todo, y es eso quizás lo que más me gusta. Que todavía no haya empezado. Me gusta cuando todo huele a pólvora, sin siquiera todavía haber explotado. Todos los días igual- porque todavía la estoy fabricando- Todos los días pienso en cuando salga a volar algo. Que algo explote, para mí, serán como mis inicios. Mis primeros pasos. Me gusta la idea de convertirme en un profesional. Me gusta estar cocinando esta bomba mientras mamá duerme; o mientras mamá todavía no llegó. No me disgusta para nada que salga todas las noches con ese tipo, me da tiempo de estar solo, creandome esta profesión. No hay nada falso en mí cuando cocino explosivos. Aunque sí, si pienso en en ese señor, que se la lleva todas las noches a mi mamá a pasear a la Costanera...si pienso en él, me dan más ganas de cocinar más explosivos. Es que es él el blanco perfecto. Tiene unos ojos redondos como mundos para mí. Mundos que no son para mamá, que son mios, que son solo para estas bombas.

La otra noche traté de hacer poco ruído. Las mezclas son peligrosas-si algo sale mal me muero- y se muere el que esté en casa conmigo. Durmiendo. Solo quiero cuidarle el sueño a mamá. Darle tiempo para el gran atentado. Un derrumbe es cosa sencilla, si están todos los factores dados. Un derrumbe es silencioso si el que lo otorga está calmo. Si el creador posee algo sabio.

Cuando era chico mi mamá me decía que me cuidara de los hombres que miran mal. Ahora que crecí me fabrico herramientas. Yo, solito y en piyamas, me creo mi propio mundo de pólvora, para salvar como cualquier supehéroe a la persona que más adora en este planeta. A veces lloro, cuando creo que mi primer paso pueda salir mal. A veces me alegro, entonces me rio, y mi cuarto está poblado de cables de colores.

Los ronquidos de mi mamá me dan calma. Son el sonido más agudo que escuché en toda mi vida. El primer sonido ensordecedor.
Pronto vendrán otros sonidos, asi de fuertes: los míos.
Los que dejen rastro en la historia.

Por lo pronto me voy a dormir. No vaya  a ser cosa que algún vecino sospeche.
Cuando fabrico mis armas me pongo música fuerte, un poco bailo también, para calmar esta pena que tuve siempre.

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