domingo, 15 de abril de 2012

el piyamas de ella.

De nuevo la extraña,
aunque le suene a vida pasada
todo eso
del roce a la mañana.

dormir juntos, ocho horas, y después al despertar quedarse juntos tres horas más quietos. horizontales. solo estando. pasando las horas.

el pelo de esa chica doblegado todo, todísimo en la almohada. Ahora que es pelo teñido
antes pelo virgen, para tirarlo todo, de las puntas, estirarlo y sentirlo suave
manzanilla- olor sobre todo- shampoo de manzanilla de ella en las manos de él. Después de haberse despertado
después de haber dormido juntos
y haber arrugado,
bien arruinaditas
las sábanas nuevas
de Frutillitas
sábanas que eran de ella cuando era chiquita. Y que ahora es grande y la encuentran dormida con un él.

Ella dice que ahora quiere tener novio para regalarle un piyama de hombre. Que pasó por un local de atuendos de hombre, que se quedó mirando las camisas rayadas que usaría si fuese uno, pero que no usa porque no es. Y que así, como mujer que es y se convierte en, no puede salir a la calle con camisa. Que antes, de más joven, quizás sí. Probando esto y aquello. Pero que ahora no, no puede. Que ahora el atuendo femenino- ese que marca- es el que más le corresponde. Además porque ahora sí, tiene forma. Entonces me dijo que vio unos piyamas preciosos, con rombos y botones transparentes, opacos y brillantes- como papel fotográfico- los piyamas que vio. Y dice que se imaginó lo siguiente: sentada en la punta de una cama de dos plazas trayendole a un novio el regalo de cumpleaños. Un novio de confianza, de aproximadamente unos dos años con ella o más. Se imaginó llevandole ese paquete a él, y él abriéndolo con una sonrisa sincera toda en la cara. Entonces él, acto seguido, festejante por ese regalo que su novia le estaba haciendo. Y esa misma noche, después del largo día, él paseándose por la casa en la que viven juntos con el piyama más ñoño y más amoroso del mundo.
Me dijo que para ella, hoy, eso era como el cuadro perfecto de un "de a dos". Hasta se imaginó el formato del pelo de ese novio, el color y la textura.

Ella mirándose al espejo, una de esas mañanas en las que ya estaba lejos de él, recordó lo siguiente: . Cosa que me contó hace poco, seguido a lo que me contaba del piyama.
- que resulta que cuando era chica le gustaba jugar a Aladdín con sus amigas. Tendría alrededor de cinco años seis, de ahí data su recuerdo.Así de lejos. Y que a sus amigas les encantaba le juego, además que eran pocas.
Y que ella siempre hacía de Aladdín.
y que nunca, pero nunca
quería hacer de la princesa Jazmín.

quería ser el héroe
el hombre hermoso con pantalón blanco de árabe
e ir trepando árbol por árbol con un trozo de pan
y un mono
y quizás, más tarde después,
ir cantándole a la luz de una luna llenísima
con una princesa que era su amiga
siempre su amiga
nunca ella.

Quería ser un árabe.

él ahora la recuerda
y todo esto no lo sabe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario