Parte 1.
El padre.
Las velas del barco
no las levantó nadie
después más tarde,
cuando era posibilidad ahogarse
con el teléfono llamé a un señor
y le dije: padre,
por suerte no dependen de vos
mis pies en la tierra.
no hago otra cosa
que soñar los pelos duros
y ponerlos en contexto.
para haber nacido varoncito
tendría que haber sabido navegar
sobre sementales.
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